Hace unos dos meses, mi hijo encontró junto a un contenedor una mesa de centro, era muy fea, demasiado estrecha, treinta y cuatro cm. y demasiado larga, un metro, lo que la hacía desproporcionada.
Cuando estaba pensando como lo haría , mi nieta dibujando una tarde hizo unas pequeñas marcas con el bolígrafo en la mesa del salón, que por cierto me gusta mucho y es de madera buena. así que como no pienso amargarme la vida por cosas pequeñas y mucho menos amargársela a mis nietos, cambié de idea y la banqueta se convirtió en mesa.
Lijar todo el mueble darle tres manos de imprimación y después pintar con acrílica blanca .
Como la tapa que traía era tan estrecha, aproveché la encimera de la mesa de escritorio que había terminado y que tiene unas medidas más apropiadas para mi salón.
Aquí ya terminada y en su sitio