sábado, 19 de mayo de 2012

Mesilla restaurada

 De como pasar de mendiga a princesa.


Erase hace muchos años, una pareja de recién casados que llegaron a la ciudad desde su pueblo buscando mejorar su vida.
Encontraron  en un barrio humilde un pequeño piso, pero  que  a ellos les pareció un palacio .
Como no tenían mucho dinero  fueron comprando con mucho esfuerzo unos pocos muebles para vestir su casa.
Cuando nuestra protagonista llegó a ese hogar la mujer estaba loca  de contento. ¡Que bonita era!, la pondría en su lado de la cama. Cada día le limpiaba el polvo y para que no se manchara forró su interior con una hoja del periódico que le iba cambiando de vez en cuando.
Pasaron los años, su situación económica mejoró y compraron muebles más “elegantes”.
La mesilla  fue relegada al trastero y allí pasó muchos años.
Cincuenta años más tarde, los hijos heredaron la casa , y lo primero que hicieron fue tirar todos los objetos  “decorativos” que su madre había acumulado.
 Al contenedor fueron a parar: frascos de cristal, flores de plástico, cajas de todo tipo,  un par de maletas      ( una de ellas había venido del pueblo  al mismo tiempo que nuestra pareja), y  esta mesilla

La pobre estaba que daba pena, pintada de un color horrible, le faltaba el cajón , y por sobre tenía una especie de cartón prensado.

Cuando vio que la recogía se puso muy contenta,  pero cuando al llegar a casa y vi el estado lastimoso en que se encontraba  y pensé en volverla a tirar , volvió a ponerse triste. Así que tuvimos una conversación  e hicimos un pacto. Yo intentaría dejarla lo mejor posible y si no podía la volvería a dejar donde pudiera encontrarla otra persona .
Comencé lijando para ver el color de la madera y me sorprendió comprobar que con los muebles pasa a veces como con las personas. En cuanto que rascas un poco debajo de la pintura encuentras lo bueno o malo de cada uno. En este caso era una madera muy  bonita .

Con restos de otro cajón fabriqué uno para ella .Le hice un sobre nuevo con madera de pino que teñí para igualar más o menos el color.

Junto a la mesilla en el mismo contenedor había encontrado unos retales de papel pintado, juntos estaban y no quería separarlos, así que forré la mesilla con uno de ellos.

 Le puse unos tiradores  que había quitado a otro mueble encontrado


Y aquí esta, a falta de darle el toque final  dependiendo donde la vaya a colocar
 Os puedo asegurar que hoy por hoy es el trabajo del que me siento más orgullosa.
Continuará......

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