jueves, 19 de septiembre de 2013

Otra manta para el sofá

Parece que he vuelto a recuperar mi afición a hacer labor de ganchillo, la verdad es que es relajante, se puede hacer mientras charlas o ves la tele.
Como había hecho limpieza de armarios y encontrado muchas prendas que me daba pena tirar, pensé en utilizar la lana para hacer unas mantas no muy grandes, para esas tardes o noches fresquitas o en las que parece que la calefacción no es suficiente.

Como se puede ver el azul en todos sus tonos es mi color favorito , por eso casi todos los jerséis que he tejido y que ahora he deshecho son de ese color.
La manta lleva el centro con rombos y esta terminada con vueltas en zigzag alternando los tonos

No he tardado demasiado tiempo en terminarla y me parece que ha quedado bastante bien, desde luego calentita si que es

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Una alacena recuperada

Hace muchos años mi suegra me regaló esta alacena, ella la había heredado también.
Como se puede ver el mueble estaba bastante bien, pero el barniz era horrible, tenía zonas sin él y otras con pegotes.
El verano pasado durante las vacaciones pintamos los muebles de la cocina en blanco y me encantó el resultado. La cocina ha ganado en luminosidad y parece más grande y ordenada. entonces no me dio tiempo para hacer la alacena y no podéis imaginar las ganas que le tenía.
En las vacaciones de este verano me puse manos a la obra y la tuneé 
El proceso fue : lijar, imprimación , le dí dos manos y después pintar con acrílico  blanco roto.



El interior del mueble lo forré con un papel adhesivo blanco con cenefas que me gustó y este es el resultado

 En la parte acristalada he puesto unos cuantos objetos de cristal y loza, como ese grupo de tacitas antiguas heredadas igualmente de mi suegra y que guardo con mucho cariño


No le cambié los tiradores porque me parecían bonitos , lo único que hice fue limpiarlos con vinagre y quedaron muy bien.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Dos sillas encontradas en la basura

Parece que encontrar sillas es muy fácil, al menos mis hijos las encuentran e irremediablemente terminan en casa para que las arregle.
La primera de estas sillas es muy sencilla, no estaba en muy malas condiciones y aunque en un principio llegó a casa como donante de parte de su cuerpo, ya que necesitaba una pata para arreglar una mesilla, terminó intacta y arreglada.

así estaba cuando llego, el asiento estaba suelto y se sostenía gracias a un mega clavo.
Después de lijarla y pintar con acrílico negro, tapicé con una tela que tenía por casa y quedó de lo más aparente y  útil para esos momentos en que nos juntamos muchos a comer.





La siguiente tenía más dificultades, Estaba hecha trozos, creo que quién la tiró la rompió a patadas para que no se pudiera aprovechar, las roturas eran recientes y los trozos estaban junto al contenedor.
Así estaba





Lo más importante era ver si se podía reparar el respaldo, los trozos casaban bien , faltaban pequeños trocitos que rellené con masilla después de pegar las dos partes. Una vez secó la cola, y con un mini taladro hice unos agujeritos atravesando las dos piezas, dentro puse unos palillos que hicieron la labor de pequeños tubillones.
Terminado el respaldo, tuve que hacer unas piezas de refuerzo del asiento, y ya estaba lista para pintar.



Aquí está "escayolada" para que se secaran y pegaran las piezas

Cuando quité el barniz exterior con ayuda de un cristal , encontré debajo ese tinte rojo que no hay manera de tapar. Lleva varias manos de imprimación y hasta el último momento no estuve segura de que no apareciera el color rojo.
La pinté con acrílico blanco mezclado con blanco a la piedra.

Ahora había que vestirla, el asiento original era de paja forrado con skay verde.


Esto es el relleno de la silla. 

Con cinta le hice el soporte para el asiento, le corté una espuma a su medida y le puse una tela que me había sobrado de otro trabajo, ya que no estaba dispuesta a gastar un euro 


Y así quedó una vez terminada